En la penumbra de la noche,
en lo infinito de mi mente estabas tu.
Profundice la ocasión de aquella noche, que sin saber tu situación,
dominamos juntos bajo el mismo techo,
en la misma cama y el frío fresco del invierno.
Con vientos que hacen temblar la carne, los huesos y
al propio ser acurrucado a mi lado,
bajo los momentos que nos cobijaron.
Me dormí profundamente
y sin saberlo fuiste lo mejor,
mi fantasía hecha realidad;
Al momento en que tus labios dictaron poesías en mi cuerpo,
en la parte mas grata de mi gran poema al estilo francés el de esa noche,
en ese solo anochecer, me di cuenta cuando apenas abrí los ojos,
que te fuiste como un silbido...
sentí la satisfacción de tu boca y la poesía de tus labios
que me devolvió la energía.
Te fuiste y volviste...
creíste que hiciste mal pero no fue así,
fue tal como un día lo espere, creyendo que jamas sucedería...
Eres y serás
poetiza de aquella noche,
el ángel que a mí descansar le dio un toque de divinidad,
de maravilla y de bondad .
El ángel que llevo mi carga,
en un abrir y cerrar de ojos
eres lo único que seria capaz de llevarme de esta vida
como el tesoro que encontré en mi paso por la tierra...
Mauricio Rodríguez
Taller: Tras Las Paralelas Azules
Pabellón Nº 5
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Pabellón Nº 5
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