Ella y Él
El ruido se cuela por la ventana de un viento que muy amigable no esta, la canilla con su concierto de gotitas se estrellan contra el suelo, el tiempo se hace eterno igual que esa música que a lo lejos no logra entender.
Hace frío pero el no lo siente esta sentado mirando la pared y la ceniza de su cigarro que no cae, esta como paralizado pensando en nada.
No hace mucho le han preguntado si dormía bien y él respondió que sí, pero no es cierto, por que ya pasaron como dos meses, que se sienta mirando la pared y lo único que hace es prender un cigarrillo, que se le consume en la mano.
El mismo se da cuenta que algo no anda bien, no tiene sueño, que le va hacer, se convence de que descansara un poco cuando sea el momento; total el cansancio le ganara la partida pronto como a todas las personas; Lo que no entiende es que esta mal sentarse frente a la pared y mirarla como si tuviera algún atractivo.
Tambien se comunica muy poco últimamente, en el trabajo no es el de siempre, llega a horario, saluda a sus compañeros se pone a hornear facturas las que preparo la noche anterior... Antes bromeaba con sus compañeros toda la madrugada mientras elaboraba el pan de cada día y no llegaba nunca a horario, no saludaba a nadie.
- Vas a ver como en unas semanas se le pasa.
- comentaban sus compañeros.
-A su patrón no le gustaba el aspecto que tenia:
- El mismo aspecto tendrías si tu germu se hubiera ido con otro
- dijo alguien al dueño de la panadería.
- Pero este temía que uno de sus empleados se mandara una cagada, no de esas de llegar en pedo a trabajar o romper algo, sino una de las grandes.
La alarma lo vuelve a la realidad, es su reloj, hora de ir al trabajo; Tira el filtro del cigarrillo y sus ojos caen en una pistola 9mm, que esta tirada junto a la puerta:
- Creí haber tenido un sueño, un sueño hace años
- No habían pasado ni doce horas desde que decidió después de dos meses, ir a reconquistar a su mujer... Entro sin tocar como hacia antes y la encontró con su actual pareja; El no quería discutir pero discutieron, Entonces el tomo un cuchillo que había sobre la mesa y se lo clavo a la pareja de su mujer en el pecho reiteradas veces, mientras ella llamaba a la policía, que para mala suerte de el no tardaron ni cinco minutos en llegar.
Él los vio llegar y se escondió tras la puerta con el cuchillo en mano, dejo entrar a los uniformados, agarro por la espalda al último en entrar y rebanó su cuello, mientras le ganaba la pistola y remataba a tiros a los otros dos.
Después de la balacera que protagonizo, él la agarró a ella por la cintura y la condujo al patrullero que aun estaba con el motor encendido.
En el trayecto de vuelta, él no paró ni un momento de decirle a ella cuanto la amaba y que desde ahora los dos irían a ser muy felices, pero ella no lo escuchaba. Había fallecido a causa de los disparos que él había efectuado contra la fuerza policial...
Estaba mirando la pared antes de que el sonido de su reloj lo devolviera a la realidad para mostrarle a su mujer tendida sobre la cama; Él se acerca a ella, la beso sobre su ceniciento rostro, la cubrió con una manta hasta los hombros.
Secándose las lagrimas, se acostó junto a ella. El cansancio al fin lo pudo, cerro los ojos y su corazón dio un ultimo suspiro, deteniéndose en el tiempo para siempre.
Carlos Quevedo Taller: Tras Las Paralelas Azules Pabellón Nº4
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