Desorientado, esquivo,
enamorado. Odiando al amor
que de el se ha olvidado.
Moribundo queda en cada cancion.
Recordando:
aquellos momentos, en que veia
el reflejo de sus ojos enamorados,
en un par de pupilas marrones.
Ha quedado vacio por dentro,
lo han dejado solo por fuera.
Desde su ventana, cada noche llama
con la fuerza de su mortalidad
a la otra mitad de su alma.
Y el cielo atardece, encenizando las nubes
con la furia del carmesi de sus llamas.
Cada palabra, sacada del silencio,
llamando a quien tanto ama
Gonzalo Derrico
(Rodrigo Lezcano)
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